sábado, 14 de noviembre de 2009

Bibliografia anotada 6 Tensiones Democráticas y Sociedad Global de la Información

Gilberto Dupas: presidente del Instituto de Estudios Económicos e Internacionales (IEEI); coordinador
general del Grupo de Coyuntura Internacional de la Universidad de São Paulo (Gacint /
USP); co-editor de la revista Política Externa, y autor, entre otros libros de Tensões Contemporâneas
entre o Público e o Privado, Paz e Terra, 2003.

El presente articulo esta relacionado con la materia de Sociedad Virtual y el mismo esta orientado al público en general

La metodología utilizada por el autor es adquirida por sus experiencias y estudios de casos ya que el mismo hace referencia a escrito de varios libros realizados por el.
Tensiones democráticas y sociedad global de la información.

Para la sociedad civil y los gobiernos, los medios electrónicos e Internet tienen un enorme potencial que permite expresar los derechos ciudadanos y comunicar valores, pero presentan graves riesgos, pues van constituyendo un elemento más en la disolución de las antiguas soberanías nacionales, del control del Estado y de los límites entre las esferas pública y privada.
A fin de construir un mundo mejor, frente al avance de las nuevas tecnologías –como la de la información en beneficio de la mayoría de los ciudadanos, sería necesario revisar el mito del progreso asumido por la sociedad global, radicalizando el ejercicio de la ciudadanía.

La práctica democrática.
La sociedad de la información asumió el mito del progreso. Sin embargo, si la ciencia y la técnica no cesan de sorprender y revolucionar, esta pareja vencedora es simultáneamente hegemónica y precaria. El capitalismo global y las tensiones democráticas y sociedad global de la información posesionó de los destinos de la tecnología, liberándola de ataduras metafísicas y orientándolas de manera exclusiva hacia la creación del valor económico.
Transformados en factor fundamental en la disputa de los mercados y en la acumulación capitalista global, los vectores tecnológicos se desvincularon definitivamente de consideraciones de naturaleza ética, social o de políticas públicas.
En la actualidad, la mayoría de los científicos de los laboratorios de investigación internacionales se dedican al desarrollo de tecnologías para las grandes corporaciones globales; si, por un lado, ellas responden a las demandas del mercado, por el otro tienen la obligación de elegir la tasa de retorno de la inversión
de sus accionistas como criterio central en la definición de sus objetivos. Si la consecuencia de ese desarrollo es, por ejemplo, un masivo aumento del desempleo debido a la radical automatización, esta carga pasa a ser transferida a la sociedad, tenga ésta o no la estructura para lidiar con la cuestión. La paradoja está en todas partes. La capacidad de producir más y mejor no cesa de crecer.
Acéptese que tal progreso empeore la distribución de la renta y haga aun más precario el trabajo. Las tecnologías de la información reducen el espacio. El mundo de la performance rinde culto al optimismo. Por otro lado, crece el sentimiento de impotencia frente a los impases, a la inestabilidad, a la precariedad
de las conquistas. El encantamiento y la desilusión se alternan.
Con la tecnología de la información, nunca la tiranía de las imágenes y la sumisión
al imperio de los medios de comunicación fueron tan fuertes. La vida en las sociedades contemporáneas se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos. Guy Debord afirmaba que la dominación de la economía sobre la vida social acarreó una degradación del «ser» hacia el «tener». Luego, se operó un deslizamiento generalizado del «tener» hacia el «parecer-tener». A las grandes
masas excluidas de la sociedad global solo les queda identificarse a través del espectáculo global, instantáneo y virtual. Los programas de auditorio sustituyen los tribunales y la vida real, propiciando juicios, procesos de conciliación y reality-shows, y garantizan, como en la lotería, la esperanza del rescate de la exclusión mediante la visualización del premio del otro, o del sueño de su fugaz minuto de gloria. Las nuevas tecnologías generan productos de consumo radicalmente nuevos. El teléfono celular e Internet, símbolos de la interconexión, pasan a ser una condición de felicidad. El hombre vuelve a ser rey exhibiendo su intimidad como mercancía, o identificándose con los nuevos iconos, héroes de los medios electrónicos transformados ellos mismos en mercancía o identificados con marcas globales. El mayor problema para recuperar el control sobre la ciencia –a partir de nuevas referencias éticas – es que el Estado en las sociedades posmodernas sigue en una fase de desmontaje. Sus antiguos roles ya no son posibles, y los nuevos tampoco están claros. Los partidos políticos y liderazgos mundiales están involucrados en una crisis de legitimidad, sea por la disonancia creciente entre el discurso y la praxis, o por la creciente influencia del poder económico en los procesos democráticos, hecha pública por las amplias denuncias de corrupción. En consecuencia, los Estados nacionales y sus partidos políticos debilitan su condición de legítimos representantes de las sociedades civiles, lo que nos remite a la cuestión de la representatividad de las democracias en las sociedades posmodernas.
Se puede concluir que el autor refleja las tensiones democráticas y la sociedad global de la información como las nuevas tecnologías que vienen siendo legitimadas por los resultados y determinista, ubicándolas por encima de la razón y de la moral. La razón técnica sería su lógica propia y un poder sin límites.
Todas estas tensiones democráticas y sociedad global de la información tienen costos sociales ambientales acarreados por el cambio en los patrones tecnológicos, parecen graves e inevitables.
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Las tecnologías de la información y de la automatización están presentes en todos los lugares. La tecnología es una producción de libre arbitrio del hombre y de su cultura, informado por sus valores y ética. El vector tecnológico puede tener el rumbo que la sociedad desee, siempre que sea capaz de organizarse en función de los intereses de la mayoría de sus ciudadanos.

Bibliografía

Dupas Gilberto: Tensiones democráticas y sociedad global de la información. Consultado en red el 05/11/2009 en www.nuevasoc.org.ve

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